El estado del tiempo me parece un tema de conversación interesante, y a pesar de la monotonía que le achacan, sirve para romper el hielo cuando nos cruzamos con los apenas conocidos; también expone la variedad humana. El calor que atosiga a la señora de enfrente alegra, en cambio, a la estudiante liceal, el viento fastidia al señor que barre la hojarasca y divierte a los niños que juegan en la vereda. La humedad convoca mayores acuerdos, la lluvia divide.
En una mañana de aire quieto y temperatura benigna viene hacia mí la perra gris y simpática de mi vecina; detrás está su dueña, más colorida y antipática.
- Disfrutando del hermoso día?, pregunto.
- Antes de lo que se viene, te enteraste?
- No, ni quiero saber!
Me alejo tapándome los oídos y ella me mira con sorpresa y piedad: piensa que mi opción es vivir en la ignorancia del ciclón extratropical que se agazapa esperando la noche.
Una chica pasa en su bicicleta con una mochila al hombro, de la cual emerge la cabeza de un perrito lanudo.
- Qué peligro! – comenta alguien.
- Podría saltar, desestabilizar la bicicleta y provocar un accidente- analiza otra.
Ellos avanzan felices en la calle semivacía del domingo.
“HUEVOS ROPA USADA LAVADERO PAPELERIA” anuncia un pizarrón en la puerta abierta de una casa, donde un enorme perro duerme y obstruye la entrada. Tres personas lo leen al sesgo desde la esquina.
- Tendría que ser “Ropa usada y lavadero”, o “papelería y kiosco”, “o kiosco y huevos”.
- ¿Quién va a comprar un cuaderno manchado de jabón?
- Nadie se atreve a entrar con ese perro ahí.
En el mundo subtropical el verano no dura un año y el frío matinal se torna calor en la tarde o lluvia helada. Las leyes del tránsito favorecen a los vehículos motorizados sobre los de tracción a sangre y el éxito en los negocios es improbable en los emprendimientos sin capital físico o intelectual.
Nadie escapa a ese saber asimilado desde la infancia; ¿por qué insistir en la obviedad de recordarlo cuando, por un instante, es posible olvidar y tener esperanza? Quizás les falte eso que canta Nancy Wilson “pienso en vos y me olvido de hacer las cosas vulgares que todos debemos hacer”.
Gracias a Tamara, María Laura y Agustín por las fotos.



